20 enero 2006

Radicalización alfanumérica

Hoy debería haber sido rutinario. Un viernes más de tantos otros, con el ansia del deseado fin de semana pidiendo su entrada para hacernos de nuevo sortear la monotonía producida por las 5 jornadas de trabajo. Aunque por circunstancias personales, una lesión en una costilla me ha dejado KO durante 2 días y aun tengo consecuencias, creo que ha sido motivado por mi ausencia laboral cuando esta mañana me he encontrado con una rebelión, una informática reivindicación para ser exactos.
Con toda normalidad estaba realizando informes, en un documento de texto, como de costumbre. Hasta aquí todo normal. Cuando, como cosa inaudita, y ni en mis mejores momentos – y juro que esta mañana solamente he desayunado ColaCao – las letras han dejado su forma original para burlarse de mí. La grotesca imagen del informe haciendome burla me ha dejado trastocado. Me he restregado los ojos, he mirado de lado a lado para ver si alguien se reía, pensando que me habían gastado una broma, pero todo parecía en calma a mi alrededor. Una cosa estaba clara: estaba ocurriendo delante de mis propias narices una subordinación alfabética. Es decir, las letras se estaban rebelando contra mí, por haberme tomado 2 días de obligado descanso y ahora ellas ¡se creían en derecho a tener derechos!
Todo mi trabajo al garete por unos cientos de símbolos a los cuáles les ha dado por creerse con poder, ¡Ja! Ahora mismo voy a anularles. He tenido que recriminar su actitud, no me ayuda nada que en estos momentos se pongan bacilones, así que he decidido acabar con ellos por lo sano. Cierro y punto ¡los destruyo! Pero no me ha sido posible. Los datos han vuelto a dejar aflorar su instinto de libertad, y recriminando que yo haya tenido dias libres y ellos no, encerrados en el ordenador durante mi ausencia, me han preguntado lo siguiente.


Logicamente, les he dicho que NO. No se puede permitir que se nos suban a la chepa. Esto sería un despitote si ahora ya, la revolución, la ejerciera el sistema alfanumérico. No han de darse cuenta que tienen el poder. ¡No podemos permitir ésta sublevación! Si no nuestro sistema está perdido. Y respecto a lo perdido que me siento, mi respuesta no ha debido gustarle mucho, porque al contestar que no, los datos se han perdido. ¡Han huido! Esto es el principio del fin. El apocalipsis virtual está acechando. Así que si ves unos datos que andan por ahí, trata de frenarlos a tiempo.

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