06 junio 2006

La Curva de la Felicidad (IV)

Fatídico. Así podríamos resumir el mes de mayo en cuanto a la guerra contra el michelín se refiere. Empecé el mes con la más estricta dieta que he hecho en mi vida, comparando Calorias, Grasas, Hidratos y todo lo que suele venir recuadarado en los envoltorios de las comidas. Incluso pensé que me estaba pasando mirando tanto. Estuve 2 semanas cumpliendo a rajatabla la dieta establecida y mis jornadas de gimnasio eran decentes. Pero entonces, se torció la cosa.

No podía ser todo tan bonito, ni podía marchar tan bien. Ultimamente incluso empezaba a estar conento de mi evolución física, podía notar los efectos beneficiosos de mi sobredosis de proteinas combinada con el ejercicio físico, es decir, empezaba a muscular. Entonces fue cuando, un sabado, salvaje de mí, forcé la máquina demasiado y ¡zas! me empezó un dolor extraño en el hombro izquierdo, un pequeño pellizco en la articulación el cual, fue creciendo y haciendose cada vez menos soportable. Llegaba ya mediados de mes. Un inciso que también rompió mis esquemas fue la final de la champions, en la cual, acabamos con unos cuantos litros de cerveza y pizzas que rompieron la estricta dieta que me había marcado. Además de este contratiempo, mi cambio de trabajo afectó a mi horario y ahora ya no tenía las tardes libres. Llegaba a las 20h a casa, y mi esfuerzo mental por bajar al gimnasio era cada vez menos insistente. Es decir: desde el día 15 de Mayo que he tirado por la borda todo el esfuerzo anterior. Sí, me siento mal, pero todavia estoy a tiempo de rectificar. Recurriré en Junio de nuevo a la estricta dieta, y volveré al gimnasio, con la precaución de no forzar demasiado el hombro, puesto que aun me duele.

Seguiremos intentandolo... Junio, voy por ti.

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