13 junio 2007

Auf wiedersehen Berlin,willkommen Realität

Inolvidable. Célebre. Memorable. Insuperable. Enorme. Colosal. Magnífico. Formidable. Y podría agotar el diccionario de sinónimos intentando encontrar la palabra que definiera cómo lo hemos pasado en Berlín. Voy a intentar hacer un pequeño resumen, a sabiendas de que será imposible redactar la totalidad de acontecimientos y vivencias que nos han ocurrido durante los intensísimos 3 días que hemos pasado en la ciudad teutona.

Lo primero que nos llamó la atención de Berlín, nada mas aterrizar, fue la cantidad de gente joven que paseaba por sus calles, por el Metro, algo antiguo y en muchos tramos circulando por encima de la misma ciudad. Su gente, algo extraña, con estética muy punky la gran mayoría, tatuados hasta las orejas y sobretodo, con un botellín de medio litro de cerveza en la mano. Si no vas con ese atuendo, rápidamente te das cuenta de lo guiri que estás hecho.

Buscamos el piso que hemos alquilado entre los 6, en la penumbra de la noche Berlinesa, muy oscura y sin iluminación apenas en la calle, llegamos a Hobrechtstrasse, donde nos esperaban Ufix y JBrooks que habían llegado unas horas antes. Estábamos entusiasmados, nos esperaban 3 días por delante y no sabíamos el qué ni cómo iba a suceder, pero lo cogimos con muchísimas ganas. ¡Vámonos! El pistoletazo de salida era el Watergate, un local a la orilla del río con vistas espectaculares hacia el edificio Universal, y un puente por el que cruza el metro por arriba... un ambiente alucinantemente lisérgico, tanto como el panel de luces y la presión sonora del local, una música espectacular, como espectacular el amanecer a las 3.30h de la madrugada... normal que los locales no tengan hora de cierre, y nos dieran allí dentro las mil, entre bailes extraños de alemanes y alemanas arrítmicos -que curioso como se mueven a destiempo- y una música minimaltech difícil de escuchar por estas tierras ibéricas. Quienes sí se nos unieron fueron 2 nuevos fiestarrakos castellonenses, Aitor y Barbara, que nos siguieron el ritmo y a grito de "¡que tripi mas buenooooo!" marchamos hacia casa para hacer algo de tiempo antes de continuar la fiesta en la piscina Badeschiff. Una playa sacada de la manga al borde del río donde continuaríamos unas horas mas tarde, pero antes, nos montamos nuestra piscina privada en casa, seguidos de unos deliciosos macarrones al Chili (no comments) para coger fuerza. Y algunos con unas horitas de sueño, otros no, nos marchamos hacia la playa. Y más vale una imagen que mil palabras.

Quienes tuvieron fuerza y valentía se pasaron por Tresor donde pinchaba el compatriota Angel Molina, con el que tuvimos el placer de charlar la noche anterior.

El sueño pudo con 4 de nosotros, pero el madrugón no nos quitó las ganas de más, y ahora sí la andadura continuó en el Arena Club, una antigua fábrica la cual conserva incluso la maquinaria en desuso. Un club oscuro, relativamente pequeño, pero muchos dicen que posee el mejor sonido de Berlín y que esa noche tenía un marcado tinte español. Ahí se nos unieron Montse, Rosa y Alba, tarragoninas que continuaron nuestro camino en el cual se cruzaría ahora el asombroso templo de la electrónica en Panoramabar, un local donde impresiona la entrada, el cacheo en la puerta, la retirada de las cámaras fotográficas y los precios económicos que manejan para ser lo que es... Berlín sí que is different, y Panoramabar & Club Berghain se lleva la palma. De nuevo un edificio industrial, con un sonido impresionante, una gente salida de ultratumba, local de ambiente gay, el infierno en la tierra, y ahí, en el Club Berghain, Adam Beyer, en un live de techno oscuro psicodélico, nos dejó perplejos con su alucinante sonido y su más alucinante sistema de luces. Un set que nos volvió del revés, junto con la gente Electrosplash (Vicente, Mari, Nacho, Elesbaan, etc!) justo unas horas antes de acudir al último destino: Der Visionaere.
Der Visionaere es un club en el cual perder la cabeza y olvidar que eres parte de la civilización. Der Visionaere es un club donde te sientes parte de la naturaleza, y a la vez, parte de un conjunto de personas que no aceptan la realidad que nos ha tocado vivir. Der Visionaere, en Berlín, es el reducto de los cientos de DJs que allí se acumulan, ya que es la capital mundial de la electrónica con diferencia. Mientras que aquí tenemos que comernos Pantojas y Cachulis, toreros y Garrulería... allá es la expresión del buen hacer, donde en una apartada cabaña de pescadores, sobre el río, se reúnen de vez en cuando, de día o de noche, los Disc Jockeis con más prestigio mundial para hacer disfrutar, por amor al arte, a los que a su vera se reúnen... y esa vez, tuvimos la suerte de poder disfrutar de nuestro J.Brooks, encantadísimo, en su regalo de cumpleaños: 6 horas pinchando en Der Visionaere. Sin palabras.

Así terminó, tras unas horas de sueño, nuestra Voltech Tour en Berlin, que guardaremos siempre en nuestra memoria como algo grande... muy grande.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

tu me quieres matar o q?
podrias resumirmelo en imagenes o viñetas con bocadillos??jaajajaa!!

Anónimo dijo...

yo te lo resumo:

que tripi mas bueeeeeeeeeenooooooooooooooooooooo!

Unknown dijo...

jejeje...
peasso cronica, un 10!!!!
saluditos de tu compañero de fatigas en berlin, vicente (electrosplash)
:-)