06 junio 2013

Guerrero de la Luz.


[Como no me gusta plagiar: Extraido de http://www.bolinfodecarlos.com.ar/cuentos.htm]

SERENIDAD 
El Guerrero de la Luz sabe que en cualquier actividad es preciso saber lo que se debe esperar, los medios para alcanzar el objetivo y la capacidad que tenemos para la tarea propuesta. Sólo puede renunciar el que, sabiéndose así pertrechado, no tiene deseos por los resultados de la conquista y permanece absorto en el combate. No es lo mismo renuncia que indiferencia. No se deja engañar por su propia capacidad y evita ser tomado por sorpresa: él da a cada cosa el valor que merece tener.

El Guerrero de la Luz sabe que nadie gana siempre, y sabe distinguir sus aciertos de sus errores.

El Guerrero de la Luz reflexiona antes de actuar, procura mantener la serenidad y analiza cada paso como si fuese el más importante. No obstante, en el momento en que toma una decisión no cambia de ruta si las circunstancias fueran diferentes a lo que imaginaba. Un Guerrero de la Luz, cuando comienza, llega hasta el final.

CORAJE
“La primera cualidad del camino espiritual es el coraje”, decía Gandhi. Y, según el monje tibetano Chögyam Trungpa, “la primera cualidad del hombre valiente es luchar por aquello que pueda ser útil a toda la humanidad”.

El Guerrero de la Luz llora sus pensas y descansa cuando es derrotado, pero inmediatamente vuelve a luchar por sus sueños coraje

El Guerrero de la Luz nunca se acobarda. En la duda, prefiere afrontar la derrota y después curar sus heridas, porque sabe que la huida da al agresor un poder más grande del que merece. El Guerrero de la Luz encara la situación difícil con heroísmo, resignación y coraje.

Pero los hombres y mujeres valientes proyectan su pensamiento mucho más allá de las paredes de su cuarto. Saben que, si no hacen nada por el mundo, nadie más lo hará. Entonces toman parte en el Buen Combate de la vida, aún sin entender del todo el porqué.

Ten miedo de algunas cosas, y concentra todo tu miedo en ellas, para que tengas coraje ante el resto.

Todos los caminos del mundo conducen al corazón del guerrero; él se sumerge sin vacilar en el río de pasiones que siempre corre por su vida.

El guerrero sabe que es libre para escoger lo que desee; sus decisiones son tomadas con coraje, desprendimiento y — a veces — con una cierta dosis de locura. Acepta sus pasiones y las disfruta intensamente. Sabe que no es preciso renunciar al entusiasmo de las conquistas; ellas forman parte de la vida, y alegran a todos los que en ellas participan. Pero jamás pierde de vista las cosas duraderas y los lazos creados con solidez a través del tiempo. Un guerrero sabe distinguir lo que es pasajero y lo que es definitivo.

SOLIDARIDAD
Un Guerrero de la Luz no entra en la batalla sin conocer los límites de su aliado.

El Guerrero de la Luz proyecta sus pensamientos más allá del horizonte. Sabe que si no hace nada por el mundo, nadie más lo hará. Entonces, participa en el Buen Combate y ayuda a los otros, incluso sin entender bien porqué lo hace solidaridad

SINCERIDAD
El Guerrero de la Luz aprovecha cualquier ocasión para enseñarse a sí mismo, no se deja engañar y descubre los mensajes de los hombres que le rodean: intentan mostrar lo peor de sí mismo, no creen en su propia capacidad, pero viven cacareando sus virtudes.

En nombre de la verdad, la raza humana cometió sus peores crímenes. Hombres y mujeres fueron quemados. La cultura de civilizaciones enteras fue destruida, los que buscaban un camino diferente eran marginados.

Uno de ellos, en nombre de la "verdad" terminó crucificado. Pero, antes de morir, dejó la gran definición de la Verdad.
No es lo que nos da certezas.
No es lo que nos da profundidad.
No es lo que nos hace mejores que los otros.
No es lo que nos mantiene en la prisión de los prejuicios.
La verdad es lo que nos da la libertad.
"Conoceréis la Verdad, y la verdad os hará libres" dijo Jesús.

ADAPTACIÓN
Es mejor ceder que rendirse... Uno se rinde ante la desesperación y cede a la aceptación..., la aceptación de las cosas que no se pueden cambiar. (Grad)

El Guerrero de la Luz a veces actúa como el agua, y fluye entre los obstáculos que encuentra. En ciertos momentos, resistir significa ser destruido; entonces, él se adapta a las circunstancias. Acepta sin protestar que las piedras del camino tracen su rumbo a través de las montañas, sin olvidar su objetivo: el mar.

DISCERNIMIENTO
El Guerrero de la Luz sabe que las batallas que trabó en el pasado siempre terminan por enseñar algo. No obstante, muchas de estas enseñanzas le hicieron sufrir más de lo necesario. Más de una vez perdió su tiempo luchando por causa de una mentira. Y sufrió por personas que no estaban a la altura de su amor.

Marcia Frerias recuerda la historia de un hombre que se acercó a Sócrates:
— Como soy muy amigo suyo, necesito contarle algo.
— ¡Espera!— dijo Sócrates—. ¿Y las tres pruebas? ¿Ya hiciste la primera prueba, que es la de saber que lo que me vas a contar es verdad?
— Bueno... no tengo una certeza absoluta, pero oí decir...
— Entonces hiciste la segunda prueba — dijo el sabio — La prueba de la bondad. ¡Lo que vas a contarme será bueno para mí!
— No... muy por el contrario...
— Si no hiciste la prueba de la verdad ni la de la bondad, ciertamente habrás hecho la de la utiliconsidad. ¡Lo que me vas a contar me será útil!.
— ¿Útil? — , dijo el visitante. — Bueno, útil no es.
— Entonces — dijo el filósofo sonriendo — si el asunto no es verdadero, ni bueno, ni útil, mejor no le des importancia.

PERSEVERANCIA
El Guerrero de la Luz sabe que una guerra prolongada termina siempre destruyendo la victoria, por lo que sabe retirar sus fuerzas y concederse una tregua esperando el mejor momento para un nuevo ataque. Siempre retorna a la lucha, pero nunca lo hace por obstinación sino porque nota el cambio en el tiempo.

MEDITACIÓN 
El Guerrero de la Luz medita ante situaciones importantes: no quiere causar sufrimientos inútiles ni abandonar su camino. Entonces, deja que la decisión se manifieste.

El Guerrero de la Luz descansa y ríe, pero está siempre atento, sobre todo en el silencio, que anticipa el combate. En el silencio, se adiestra en el manejo de la espada y vigila el horizonte, escucha los latidos de su corazón tenso y con miedo. En el silencio, el Guerrero de la Luz hace balance de su vida, si tiene la espada afilada, el corazón satisfecho y la fe incendiándole el alma. Sabe que el mantenimiento es tan importante como la acción. En el silencio, analiza cada estrategia y pregunta: “¿Qué haría yo si tuviera que luchar conmigo mismo?” Así descubre sus puntos flacos.

El Guerrero de la Luz usa tiempo para sí mismo, para el descanso, la contemplación, el contacto con el Alma del Mundo. Mira el mundo como si fuera un espectador y lentamente todo lo que parecía complicado empieza a volverse sencillo.

Mientras medita, el Guerrero de la Luz no es él, sino una centella del Alma del Mundo. Son estos momentos los que le permiten entender su responsabilidad, y actuar de acuerdo con ella. Un Guerrero de la Luz sabe que en el silencio de su corazón existe un orden que lo orienta.

EQUILIBRIO
El Guerrero de la Luz, cuando sufre una injusticia, generalmente procura quedarse sólo, para no mostrar su dolor a los otros. Es un comportamiento malo y bueno al mismo tiempo. Una cosa es dejar que su corazón cure lentamente las propias heridas. Otra cosa es permanecer todo el día en meditación profunda, con miedo a parecer débil.

Ante la dificultad, el demonio alimenta esta conversación solitaria, procurando mostrarnos cuán vulnerables somos; el ángel nos hace reflexionar sobre nuestras actitudes , y a veces necesita manifestarse a través de la boca de alguien. Un Guerrero de la Luz equilibra soledad y dependencia.

El Guerrero de la Luz equilibra rigor y misericordia, la disciplina y la compasión. Dios jamás abandona a sus hijos, pero sus designios son insondables, y Él construye el camino con nuestros propios pasos.

GRATITUD
También los hombres le ayudan, en los momentos en que sus sangres se mezclaron en el campo de batalla; el Guerrero de la Luz no necesita que le recuerden la ayuda de otros, él mismo se acuerda y reparte con ellos la recompensa.

El Guerrero de la Luz sabe que nadie es tonto, y que la vida enseña a todos, aun cuando tarde algún tiempo. Entonces él trata a su prójimo de acuerdo con sus cualidades, y procura mostrar a todos de cuanto es capaz cada uno.
Algunos compañeros comentan: "existen personas ingratas". El guerrero no se deja impresionar por esto. Y continúa estimulando a los otros, porque es una manera de estimularse a sí mismo.

INTUICIÓN
Para hacer realidad nuestros sueños hemos de seguir nuestros presentimientos, zambullidas de
nuestra alma en la Corriente Universal de la Vida donde todo está escrito.

COMPAÑERISMO Y PRUDENCIA
El Guerrero de la Luz no puede luchar sólo, necesita discutir estrategias, pedir ayuda y, en momentos de descanso, tener a alguien a quien contar historias de combate alrededor de la hoguera. “Cuando tú defiendes públicamente tus ideas, debes esforzarte para vivir de acuerdo con ellas; así, acabarás transformándote en lo que dices”. Un Guerrero de la Luz es transe en sus acciones y secreto en sus planes. Un Guerrero de la Luz baila con sus compañeros, pero no transfiere a nadie la responsabilidad de sus pasos.
El Guerrero de la Luz sabe que si llega al final de la jornada a un paraíso vacío, su lucha no habrá valido la pena.
El hombre que preserva a sus amigos jamás es dominado por las tempestades de la existencia.
Un Guerrero de la Luz no entra en la batalla sin conocer los límites de su aliado
Pero el Guerrero de la Luz también sabe que cada vez que habla de su sueño usa un poco de la energía de ese sueño para expresarse.
Cuando el Guerrero de la Luz habla de las actitudes de su hermano, imagina que él está presente, escuchando lo que dice porque sabe que cualquier información puede llegar a los enemigos de esa persona aumentando su carga de veneno y maldad.
El Guerrero de la Luz confía en las personas, pero impone sus límites: una cosa es aceptar las señales de Dios, y entender que los ángeles usan la boca de nuestro prójimo para aconsejarnos; otra cosa es ser incapaz de tomar decisiones. Un Guerrero de la Luz confía en los otros porque, en primer lugar, confía en sí mismo.
Cuando el Guerrero de la Luz necesita ayuda procura ver cómo sus amigos resuelven o no resuelven sus problemas. Cuando está cansado o solitario, el Guerrero de la Luz busca a quien está a su lado, y comparte su dolor o su necesidad de cariño, con placer y sin culpa. El Guerrero de la Luz comparte su mundo con las personas que ama. Procura animarlas a hacer lo que les gustaría pero no se atreven. Un Guerrero de la Luz sabe que tiene defectos, pero sabe también que no puede crecer sólo, distanciándose de sus compañeros.

INOCENCIA Y SENCILLEZ
Los hombres que se juzgan sabios son indecisos a la hora de mandar y rebeldes a la hora de servir; consideran una vergüenza dar órdenes y una deshonra recibirlas.

El Guerrero de la Luz se comporta con inocencia de criatura pero mantiene su contacto con Dios sin perder de vista su misión.

Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado en algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.

La vida enseña a cada momento y el único secreto es aceptar que sólo aprendiendo de lo cotidiano podemos ser sabios; pero sólo tomamos conocimiento de esto cuando nos vemos forzados a enseñar a otro: Sólo puedes aprender cuando enseñas.

RESPONSABILIDAD
Un Guerrero de la Luz responsable no es el que coloca sobre sus hombros el peso del mundo, sino aquel que aprendió a luchar contra los desafíos del momento, con los que a veces se entretuvo.

PACIENCIA 
“Una revolución necesita tiempo para instalarse” (Lanza del Basto).

El Guerrero de la Luz jamás confunde tensión con nerviosismo.

El Guerrero de la Luz reconoce un enemigo más fuerte que él y sabe ser diplomático y paciente: Pronto el enemigo partirá para provocar a otros. Toda la rabia y el coraje de un pájaro son inútiles delante de un gato. El tiempo trabaja a favor del Guerrero de la Luz.

DUDA
Todo hombre tiene derecho a dudar de su tarea y a abandonarla de vez en cuando; lo único que no puede hacer es olvidarla. Quien no duda de sí mismo es indigno, porque confía ciegamente en su capacidad y peca por orgullo. Bendito el que pasa por momentos de indecisión.

ALEGRÍA
El primer camino directo hacia Dios es la oración. El segundo camino directo es la alegría.

PERDÓN
Uno de los soldados de Napoleón cometió un crimen, la historia no cuenta cuál, y fue condenado a muerte.
En la víspera del fusilamiento, la madre del soldado fue a implorar para que la vida de su hijo fuese preservada.
Señora mía, lo que su hijo ha hecho no merece clemencia.
— Lo sé — dijo la madre — Si la mereciera, no sería realmente un perdón.
Perdonar es la capacidad de ir más allá de la venganza o de la justicia.
Al escuchar estas palabras, Napoleón conmutó la pena de muerte por el exilio.

Vivía un monje en las cercanías del templo de Shiva. En la casa de enfrente, vivía una prostituta. Al observar la cantidad de hombres que la visitaban, el monje decidió llamarla:
— Eres una gran pecadora — la reprendió — Le faltas el respeto a Dios todos los días, y todas las noches. ¿Será posible que no puedas detenerte, y reflexionar sobre tu vida después de la muerte?
La pobre mujer quedó muy conmovida con las palabras del monje; con sincero arrepentimiento le oró a Dios, implorando su perdón. También pidió que el Todopoderoso la ayudara a encontrar una nueva manera de ganarse el sustento.
Pero no encontró ningún trabajo diferente. Y después de una semana de pasar hambre, volvió a la prostitución.
Pero, cada vez que le entregaba su cuerpo a un extraño, le rezaba al Señor y le pedía perdón.
El monje, irritado porque su consejo no había producido ningún efecto, pensó para sí:
¿A partir de ahora voy a contar cuántos hombres entran en esa casa hasta el día de la muerte de esta pecadora.
Y desde ese día, no hizo otra cosa que no fuera vigilar la rutina de la prostituta: por cada hombre que entraba, colocaba una piedra en una pila.
Pasado algún tiempo, el monje volvió a llamar a la prostituta y le dijo:
— ¿Ves esta pila? Cada piedra representa uno de los pecados mortales que has cometido, aún después de mis advertencias. Y ahora te lo vuelvo a decir: ¡cuidado con las malas acciones!
La mujer comenzó a temblar, al darse cuenta cómo se iban acumulando sus pecados. Al volver a su casa, derramó lágrimas de sincero arrepentimiento, orando:
— ¡Oh, Señor!, ¿cuándo tu misericordia me va a librar de esta miserable vida que llevo?
Su plegaria fue escuchada. Ese mismo día, el ángel de la muerte pasó por su casa, y la llevó. Por la voluntad de Dios, el ángel cruzó la calle y también cargó al monje consigo.
El alma de la prostituta subió inmediatamente a los Cielos, mientras que los demonios se llevaron al monje al Infierno. Cuando se cruzaron a mitad de camino, el monje vio lo que estaba ocurriendo, y clamó:
— ¡Oh, Señor! ¿Es ésta tu justicia? ¡Yo, que pasé mi vida en devoción y pobreza, ahora soy llevado al infierno, mientras que esta prostituta, que vivió en constante pecado, está subiendo al cielo!
Al escuchar esto, uno de los ángeles respondió:
— Son siempre justos los designios de Dios. Tú creías que el amor de Dios se limitaba a juzgar el comportamiento del prójimo. Mientras que llenabas tu corazón con la impureza del pecado ajeno, esta mujer oraba fervorosamente día y noche. El alma de ella quedó tan liviana después de llorar, que podemos llevarla hasta el Paraíso. Tu alma quedó cargada de piedras, y no podemos hacerla subir hasta lo alto.

DESPRENDIMIENTO
Un joven muy rico fue a ver a un rabino y le pidió consejo para orientar su vida. Este lo condujo hacia la ventana y le preguntó:
— ¿Qué ves a través de los vidrios?
— Veo hombres que van y vienen, y un ciego que pide limosna en la calle.
Entonces el rabino le mostró un gran espejo y nuevamente lo interrogó:
— Mira este espejo y dime ahora qué ves.
— Me veo a mí mismo.
— ¡Y ya no ves a los otros! Repara en que la ventana y el espejo están hechos ambos de la misma materia prima, el vidrio: pero en el espejo, porque tiene una fina lámina de plata pegada al vidrio, no ves más que tu persona. Debes compararte a estas dos especies de vidrio. Pobre, veías a los otros y sentías compasión por ellos. Cubierto de plata – rico —, apenas te ves a ti mismo. Sólo valdrás algo cuando tengas el coraje de arrancar el revestimiento de plata que te cubre los ojos y puedas nuevamente ver y amar a los demás.

Tu pantalón tiene dos bolsillos. Escribe en el derecho: "El mundo fue creado sólo para mí". En el izquierdo escribe: "Yo no soy nada más que polvo y ceniza". Divide bien tu dinero entre estos dos lugares.
Cuando veas la miseria y la injusticia, recuerda que el mundo existe solamente para que puedas manifestar tu bondad y usa el dinero del bolsillo derecho. Cuando estés tentado de adquirir cosas que no te hacen la menor falta, recuerda lo que está escrito en el bolsillo izquierdo y piensa varias veces antes de gastarlo. De esta forma el mundo material nunca sofocará al mundo espiritual.

COHERENCIA
Jesús decía: “que tu sí sea un sí, y que tu no sea un no”. Si usted ha asumido una responsabilidad, vaya hasta el final. Mantenga su palabra, porque ella es preciosa.
Cada vez que su palabra es honrada por sus gestos, ella se vuelve más fuerte. Cuando usted dignifica su relación con los otros, dignifica también su relación con usted mismo.
Los que prometen, y no cumplen, viven creándose problemas. Pierden el respeto por sí mismos, se avergüenzan de sus actos. La vida de estas personas consiste en huir; ellas gastan mucha más energía deshonrando la palabra, de la que emplean los honestos para mantener sus compromisos.
Si usted asumió una responsabilidad tonta, que resultará en una pérdida de entusiasmo, tiempo y dinero, no vuelva a repetir esta actitud. Pero, por esta vez, honre su palabra.

HUMILDAD
La humildad de un guerrero no es la misma que la de un hombre servil. El guerrero no inclina su cabeza ante nadie, pero tampoco permite que nadie se incline ante él. El hombre servil, en cambio, se arrodilla ante cualquier persona que considere más poderosa y exige que las personas que están bajo sus órdenes tengan la misma conducta ante él.

AMOR
Un hombre se acercó al filósofo Ramanuja y le pidió:
-¡Muéstreme el camino hacia Dios!
-¿Ya te enamoraste alguna vez de alguien? -preguntó Ramanuja.
-¿Enamorarme? ¿Qué es lo que el gran maestro quiere decir con eso? Me prometí a mí mismo jamás aproximarme a una mujer, huyo de ellas como quien intenta escapar de una enfermedad. Ni siquiera las miro. Cuando pasan, cierro los ojos.
-Procura volver a tu pasado e intenta descubrir si nunca, en toda tu vida, hubo algún momento de pasión que dejase tu cuerpo y espíritu llenos de fuego.
-Vine hasta aquí para aprender a rezar y no para enamorarme de una mujer. Quiero ser guiado hasta Dios y usted insiste en quererme llevar hacia los placeres de este mundo. No entiendo lo que desea enseñarme.
Ramanuja permaneció silencioso algunos minutos y finalmente dijo:
-No puedo ayudarte. Sí tú nunca tuviste ninguna experiencia de amor, nunca conseguirás experimentar la paz de una oración. Por lo tanto, regresa a tu ciudad, enamórate, y sólo vuelve a buscarme cuando tu alma esté llena de momentos felices.
Sólo una persona que entiende el amor puede comprender el significado de la oración. Porque el amor por alguien es una oración dirigida al corazón del universo, una plegaria que Dios colocó en las manos de cada ser humano como un presente divino.