
Tras muchos quebraderos de cabeza, mi lucha contra los molinos de viento internáuticos ha tenido su fruto al fin. Tras pelear meses y meses, debido al fraude que ya os comenté de
RegisterFly, al fin, este fin de semana, ya tengo en mi poder de nuevo los nombres de mis páginas web. Sé que es un post sin importancia para vosotros, pero para mi, es un grito de alegria... en breve volveré con nuevas y más divertidas paranoias.
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