26 mayo 2020

No hay más ciego que el que no quiere ver.

En estos últimos días he tenido que sufrir cómo la ineptitud de algunos llevará a la perdición de los otros: ¿cómo puede ser que la policía arrastre a una pobre señora de 75 años por no llevar mascarilla y la acorralen entre 6 y dos patrullas?¿Cómo puede ser que ante esta situación nadie diga nada? Ni siquiera yo, lo admito, porque tengo miedo.

No temo al virus, pero si a la insensatez y al poco sentido común de quien se supone ha de protegernos. La protección contra el Covid va a ser nuestra perdición: primero porque el ejército de valientes señaladores con el dedo e insultantes pro-obligación no dejarán que mi libertad esté por encima de su pseudo-seguridad. Por lo tanto, atentos al aluvión de balconazis que ataviados con sus máscaras del miedo nos conducirán hacia la perdida de libertades primero y hacia la vacunación obligatoria después.

Y es aquí a dónde quiero ir a parar, porque es lo que más me cabrea de todo: No es ya que uno pueda estar de acuerdo o no con las políticas aplicadas, con la contención de la pandemia o con el sistema sanitario. El hecho es más simple que todo esto: váis a pedir la vacuna a gritos. Y en ella, no estará la curación al Covid. Porque toda esta pantomemia ha sido el primer acto de la gran mentira que algunos llevamos mucho tiempo advirtiendo: la nueva normalidad a la vuelta de la esquina, y la gran mayoría vitoreando su llegada.

Mira que hemos tenido tiempo, mira que hay pruebas, documentales y libros advirtiendo que esto llegaría, y de la mano de los de siempre: es una cuestión económica de las cinco familias banqueras que dominan el mundo. No hay advertencia que valga, ni siquiera en personas de mi entorno que las han visto y leído, porque es muy dificil creer que la realidad, la que venden en TV, no existe. Y preferimos hacer el avestruz y meter la cabeza en el suelo, porque en verdad, jode mucho saber que no vas a poder hacer nada. Insisto, ya lo he puesto en otros posts, pero dale a play a este trozo de documental, que me cambió la vida en 2007 y disfruta del final.



Y es que desde Madrid me llegan estudios de un Biologo que están haciendo preparativos de la vacuna y les piden expresamente que en la vacuna ha de caber una cápsula no degradable que pueda quedarse indefinidamente de forma subcutanea y además no les proporcionan el virus para poder desarrollar la vacuna porque dicen que es peligroso. ¿Entonces?¿Estás desarrollando una vacuna o es otra cosa?


Así que sólo pido que aquellos que dudan conmigo, que no lo ven todo tan claro y que no se han creído esto, sólo nos queda unirnos en un grito.

Porque tu pánico no es mi problema:
NO A LA VACUNACIÓN OBLIGATORIA.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El primer acto de la gran mentira no fue la vacuna de la gripe aviar?
Con ella hubo dos vacunas, una para el gobiermo y el ejercito y otra para el público. Cual era la diferencia?

PorKu dijo...

El primer acto a gran escala, para mi, se remonta al 11S 2001. Ese sería clave en el inicio de la escalada de actuaciones encaminadas al NWO. Pero seguro que antes que ese, hubo otros muchos menos mediáticos... Mientras la mentira del 11S siga viva, es imposible cambiar nada.